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Mensaje de la Presidente Vitalicia del Consejo de Regentes ULVR

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Por: Ph. D. SUSANA HINOJOSA DE GORDILLO

Presidente Vitalicia del Consejo de Regentes de la ULVR

Estimada comunidad laica

 

La Universidad Laica VICENTE ROCAFUERTE de Guayaquil es una institución académica sólida, formada por personas maravillosas, trabajadoras y llenas de valores humanos con quienes me siento honrada de trabajar desde la presidencia del Consejo de Regentes. 

 

Nuestra universidad se esfuerza cada día en mejorar sus competencias y alcanzar objetivos de excelencia académica y científica, rol en el cual los docentes que nos acompañan en este proceso educativo, apoyan sustancialmente a la ciencia, el conocimiento y la innovación que nacen en las aulas laicas.

 

Estamos a mediados de año, y al hacer un primer balance de lo que hemos recorrido este 2022, nos damos cuenta de que, si bien la modernidad nos circunda, los valores tradicionales de la universidad se mantienen en nosotros y nos arraiga a la máxima y guía de su fundador: hacer de la ULVR la estrella más rutilante.

 

Durante su recorrido histórico, que ya toca los 56 años, la ULVR ha enarbolado el humanismo, la ética, la excelencia y el compromiso como las guías que los maestros laicos han seguido a la perfección, y con las cuales han formado a miles de profesionales desde su fundación. 

 

Con estas palabras quiero invitarlos a reflexionar en una de las características esenciales en que se basa esta universidad: sus valores. Por ello, cada vez que abrimos las puertas a los cientos de jóvenes talentosos, deseosos de alcanzar un título universitario de la calidad que solo esta institución de educación superior les puede garantizar, no puedo dejar de reconocer que uno de los aportes reales que la ULVR hace a la sociedad es entregar profesionales formados no solo en la ciencia sino también en valores.

 

Las nuevas generaciones que escogen a la ULVR como su casa de estudios, su segundo hogar, saben que estamos comprometidos con ellos y sus familias, con sus sueños y sus anhelos, con sus planes de vida y de realización como personas íntegras y profesionales exitosos, ya que estamos conectados con una tradición nacida y arraigada en cada uno de los miembros de la ULVR y que, insisto, se cimienta en los valores laicos.

 

Les invito a practicar los valores institucionales que, perfectamente puestos en acción, generan y preservan la confianza que nos brinda la sociedad y que retribuimos cada vez que la ULVR gradúa a un nuevo grupo de profesionales. 

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