Los superhéroes y la perspectiva filosófica

Los superhéroes, la fantasía de todo niño o adolescente

 

La eterna disputa entre buenos y malos ha estado presente desde la antigüedad, desde el pasaje bíblico de los hermanos Caín y Abel, hasta las más memorables guerras de la historia. Todo esto transcurre a través de algo en común: héroes y villanos, vencedores y vencidos. Y es que los héroes, para bien o para mal de la sociedad, son los que terminan escribiendo la historia que cambia al planeta.

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Pues bien, hablaremos sobre los superhéroes más conocidos y la moral que, a través de sus personajes, nos ha cautivado.

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El hecho de llamarse superhéroes hace que sean los protagonistas de una historia de, precisamente, superhéroes, quienes luchan contra el mal, haciendo todo tipo de proezas, ya sea con poderes naturales o sobrenaturales.

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Como ya lo referimos, la fórmula básica es el bien contra el mal. El ser humano se identifica mucho con los superhéroes corpulentos de capa y mallas, o de armadura y armas sofisticadas. En muchas ocasiones, al mirar sus películas o leer un cómic, hemos fantaseado en combatir el mal usando superpoderes, sin embargo, en algunos de estos íconos de las tiras cómicas, la fantasía va más allá de la realidad.  

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El origen de Batman se produce cuando Bruce Wayne, siendo niño, fue testigo de la muerte de sus padres en manos de un desalmado delincuente, por tal motivo dedicó su vida a combatir el mal sin hacer uso de la violencia, dejando clara la razón por la cual no ha matado al Guasón, su más acérrimo archirrival antagonista de sus muchas versiones en revistas, animados, videojuegos y el cine.

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En términos más filosóficos daremos dos ejemplos, el primero sobre la aplicación del utilitarismo.

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En el primer caso, Clark Kent se enfrenta a dos situaciones muy importantes, y debe escoger entre representar al Daily Planet en una conferencia de prensa, o rescatar un tren subterráneo, que tiene una falla mecánica, con más de 500 personas a bordo. Por un lado, si no acude a la conferencia, perderá su trabajo; si el tren se estrella, morirán centenares de personas. ¿Qué debe hacer? La respuesta utilitarista sería rescatar al tren en peligro, ya que con eso haría el bien a un mayor número de personas. En este escenario es más importante cumplir con los deberes morales.

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En el segundo ejemplo, tenemos a Confucio, el padre de la filosofía oriental, quien habla del hombre superior y lo describe como un ser humilde, conservador, respetuoso con su familia y con la sociedad. 

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Superman es el superhéroe que mejor encaja en las características del hombre superior, quien, al ser un personaje con muchos poderes, se rige a la familia terrenal que lo adoptó cuando sus padres originales de Criptón lo enviaron al planeta Tierra; lucha contra los enemigos de su nueva casa e invasores del espacio, respetando en todo  momento los cánones sociales; honra a sus padres hasta después de su muerte; y, a pesar de sus grandes poderes, prefiere incluirse en la sociedad para tener un trabajo humilde como periodista.

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No tenemos superpoderes pero sí una mente poderosa para mejorar nuestra sociedad

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Permítanme cerrar mi escrito con la frase célebre del presidente estadounidense Franklin D. Roosevelt, quien durante un discurso el 11 de abril de 1945, dijo: “Un gran poder, conlleva una gran responsabilidad”; que inspiró al genio de Marvel, Stan Lee, al crear al más preciado hijo de la casa de las ideas, y por ende, el personaje más popular del mundo de los superhéroes: Spiderman. Les dejo esas palabras y les invito a meditar en ellas.